“Españoles, Franco ha muerto”. Así fue como Arias Navarro, el 20 de noviembre de 1975, nos anunció la muerte del dictador y lo que suponía el inicio de la reforma política y de la transición que nos llevó hacia la democracia y la libertad. Poco tiempo después fue cuando Charly inauguró el nuevo bar, inmerso en este nuevo proceso de regeneración política. Charly y el propio local se convirtieron en referentes de estos movimientos sociales y políticos para construir un nuevo país y una nueva sociedad.
Como concejal y desde su propio bar se entregó en colaborar con los que ganaron los primeros procesos electorales democráticos para potenciar la cultura en Pedrajas, moviéndose con mucha agilidad por la provincia, siempre con sus zapatillas de andar por casa que eran muy cómodas y calentitas. Yo no conocí estos inicios porque llegué a Pedrajas en el año 84 de la mano de Rosa, a punto de dar a luz a nuestra hija Sara, aunque a partir de ese momento compartí con Charly inquietudes y preocupaciones políticas y culturales.
Ir a Charly no sólo ha sido ir a un bar a tomar algo, sino que ha sido como la peña, la sede y una gran familia. Charly ha dejado huérfana a la Fuencis y a sus hijos, pero también nos ha dejado un poco huérfanos a todos. El última día que hablé con él fue un domingo habitual en el que estaba sentado en la mesa que está junto a la salida, como siempre leyendo una revista, y después de hacer unos comentarios sobre como está el mundo me despedí con un: “hasta luego Charly”. No lo volví a ver aunque os aseguro que permanecerá en mi memoria como una de las personas cultas e interesantes de nuestro pueblo.
Fuencis ha intentado seguir con nuestro refugio de largas tertulias y discusiones de sábado y domingo. Podría hacer un dibujo exacto de quiénes estamos, en presente, dónde y, casi, de qué hablamos. Siempre nos íbamos pensando que al siguiente fin de semana nos íbamos a reencontrar. No fue así. “Hasta luego, Charly”.
Cecilio Vadillo.